El Festival de Mar del Plata rinde homenaje a un grande: Luis García Berlanga

El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata le rinde honores a un cineasta único, a un estilo, a una manera de mirar el mundo, que ha sabido marcar a fuego el séptimo arte.

Con su muerte se apagó la voz de toda una generación. Pero con su vida, el cine español, y consecuentemente el universal, gozó de la impronta de un genio detrás de las cámaras, de una visión profunda de la cultura, del género humano y de un país que se mantenía en pie, entre las heridas de la guerra.

El Festival rinde tributo a Luis García Berlanga con una muestra retrospectiva de diez películas, en copias de 35 mm-restauradas por el ICAA - Ministerio de Cultura de España-.

Además el Festival, junto con el INCAA, editará un dossier de 48 páginas en el que recorre la biofilmografía de Berlanga a través de testimonios y textos críticos. La edición está al cuidado de José Martínez Suárez.

PROGRAMACIÓN

Esa pareja feliz. España. 1953

¡Bienvenido Mister Marshall! España. 1953

Calabuche. Italia/España. 1956

Plácido. España. 1961

El verdugo. España/Italia. 1963

¡Vivan los novios! España. 1970

Grandeur Nature. Francia/España/Italia. 1974

La escopeta nacional. España. 1978

La Vaquilla. España. 1985

Todos a la cárcel. España. 1993

“El mayor problema que tiene Luis García Berlanga no es que sea comunista. El mayor problema que tiene Luis García Berlanga es que es un mal español”. Generalísimo Francisco Franco, en reunión de Consejo de Ministros

“Berlanga es Don Quijote... (piensa) Bueno… también podría ser Sancho”. Michel Piccoli

“Berlanga es un hijo de mala madre con ventanas a la calle. Pero si me llama, siempre me tendrá a su lado". Alfredo Landa

La División Azul era una unidad militar de voluntarios españoles que lucharon en la URSS, integrados en el ejército alemán, durante la Segunda Guerra Mundial. El padre de Berlanga estaba condenado a morir por militar en el Partido Republicano. La familia consideró que si Luis peticionaba ingresar a la División Azul le podrían conmutar la pena al padre, y así fue como entró a ese cuerpo. “Nunca disparé un tiro; jamás maté a nadie. Hacía un frío intenso. No entendí la guerra. La guerra es una complicación de la vida. Para ingresar a la División Azul tuvimos que pagarle un dinero a un médico oculista y a su hermana, que era quien daba la cara para recibir los pagos”.

Berlanga había nacido en Valencia el 12 de junio de 1921. Estudió con los Padres Jesuitas, y luego en la Facultad de Filosofía y Letras. Organizó cineclubes y escribió artículos y críticas en revistas estudiantiles.

En el ’47 ingresó al Instituto de Investigaciones y Estudios Cinematográficos al mismo tiempo que Juan Antonio Bardem. En el ’51 escribieron y dirigieron su primer largometraje, Esa pareja feliz, unión que continuó en el ’52 con el guión de ¡Bienvenido Mr. Marshall!, premio internacional al film humorístico en Cannes.

Carlos Fernández Cuenca, conceptuado crítico, dijo de ella: “¡Bienvenido Mr. Marshall! es una de las pocas películas auténtica e inconfundiblemente españolas que hemos visto en los últimos años; por eso mismo puede augurársele dilatada extensión internacional, además del éxito dentro de nuestras fronteras, pues LGB cifra el valor comercial de una obra en que sea buena para todos; que llegue a las masas y pase también el tamiz exigente de las minorías".

A partir de allí comienza una carrera en la que todas sus películas permiten rescatar el humor patético del Siglo de Oro.

Una extraña particularidad: si Hitchcock hace una fugaz aparición en todas sus películas, Berlanga se manifiesta en las suyas, todas, mencionando al pasar, y fuera de contexto, al Imperio Austro-Húngaro. ¿Los motivos? Es tarea para mañana, lectores.

No hubo película con la que no nos regocijara. Y la que pareciera que no alcanzó ese nivel, La boutique, también titulada Las pirañas, es la que él más defendía. ¡Esas cosas de Berlanga!

Los que lo admiramos creemos que dos de sus títulos les ganan con bandera verde a los restantes: El verdugo y La vaquilla. Pero claro, es cuestión de gustos.

Él decía: “Lo que hay en mis películas es pesimismo. Aunque he tenido la suerte de haber sabido cubrirlo con una crema dulce para que parezca un sainete cómico. Busco situaciones que no sean cotidianas, sino disparatadas.” Quien vea el material que ofrecemos en el Festival lo podrá comprobar y así descubrir gratamente que hay gente que merecería ser inmortal.

José Martínez Suárez

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