Abrazando la patria

Que el Correo Argentino cada vez funciona peor ya no es noticia, pero lo que sí es interesante es que nunca deja de sorprender que todo puede desmejorar aún más.


Primero, dejan un aviso de visita en mi casa (donde siempre hay gente y encargado para recibir correspondencia) para que vaya a una sucursal a buscar ¡otro aviso de visita! Con ese segundo aviso, ahí si, a comerse al menos cuatro o cinco horas de espera en el pandemonium de las oficinas aduaneras de la institución, detrás de Retiro.

Luego, como Correo Argentino vaya a saber por qué le cambia el código internacional que trae el paquete es imposible saber qué es, su procedencia y cualquier otro de los miles de datos que pide la AFIP para pagar por ese paquetito de entre 25 y 40 dólares (envío incluido) que goza el tratamiento especial de "importación" como si fuera un container de merca esperando en el puerto.

Por supuesto que hay forma de averiguar cuál era el numerito antes de que fuera el nuevo numerito que le pone el correo vernáculo, pero no es tan sencillo, ya que ni el muchacho bien predispuesto de la sucursar que entrega el aviso de visita del aviso de visita puede solucionar, pero haciendo en dos pasos (con suerte)  lo que podría hacerse en uno.

Para eso hay que llamar al número de atención al cliente de Correo Argentino (4891-9191 si tenés la suerte de vivir en Capital o Gran Buenos Aires) y econtrarte con que está siempre saturado. A todo eso hay que sumarle que cuando vas a retirar hay que pagar $40 en concepto "tasa de presentación a la aduana" (?), que dicho sea de paso aumentó más del 60% en lo que va del año, y $8 más a partir del cuarto día hábil de recibido el primer aviso...

Ah, el nuevo lema del Correo Argentino es "10 años abrazando la patria", porque se ve que todo comenzó con la década ganada.

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